domingo, 31 de mayo de 2015

Tratado II del Lazarillo de Tormes

A cabo de tres semanas que estuve con él, vine a tanta flaqueza, que no me podía tener en las piernas de pura hambre. Vime claramente ir a la sepultura si Dios y mi saber no me remediaran. Para usar de mis mañas no tenía aparejo, por no tener en qué dalle salto. Y aunque algo hubiera, no podía cegarle, como hacía al que Dios perdone, si de aquella calabazada feneció. Que todavía, aunque astuto, con faltarle aquel preciado sentido, no me sentía; mas estotro, ninguno hay que tan aguda vista tuviese como él tenía.
Cuando al ofertorio estábamos, ninguna blanca en la concha caía que no era de él registrada. El un ojo tenía en la gente y el otro en mis manos. Bailábanle los ojos en el casco como si fueran de azogue . Cuantas blancas ofrecían tenía por cuenta. Y cuando el ofrecer, luego me quitaba la concheta y la ponía sobre el altar.
No era yo señor de asirle una blanca todo el tiempo que con él viví, o por mejor decir, morí. De la taberna nunca le traje una blanca de vino; mas aquel poco que de la ofrenda había metido en su arcaz compasaba de tal forma que le turaba toda la semana.
Y por ocultar su gran mezquindad, decíame:
–Mira, mozo: los sacerdotes han de ser muy templados en su comer y beber, y por esto yo no me desmando como otros.
Mas el lacerado mentía falsamente, porque en cofradías y mortuorios que rezamos, a costa ajena comía como lobo y bebía más que un saludador.
Y porque dije mortuorios, Dios me perdone, que jamás fue enemigo de la naturaleza humana sino entonces. Y esto era porque comíamos bien y me hartaban. Deseaba y aun rogaba a Dios que cada día matase el suyo. Y cuando dábamos sacramento a los enfermos, especialmente en la Extremaunción, como manda el clérigo rezar a los que están allí, yo cierto no era el postrero de la oración, y con todo mi corazón y buena voluntad rogaba al Señor, no que le echase a la parte que más servido fuese, como se suele decir, mas que le llevase de aqueste mundo.
  • Localización:

     Históricamente se han postulado varios autores para el Lazarillo de Tormes. En 1605 el fraile José de Sigüenza de la Orden de San Jerónimo atribuyó la autoría de esta obra al también jerónimo fray Juan de Ortega:

    Dicen que siendo estudiante en Salamanca, mancebo, como tenía un ingenio tan galán y fresco, hizo aquel librillo que anda por ahí, llamado Lazarillo de Tormes, mostrando en un sujeto tan humilde la propiedad de la lengua castellana y el decoro de las personas que introduce con tan singular artificio y donaire, que merece ser leído de los que tienen buen gusto. El indicio desto fue haberle hallado el borrador en la celda, de su propia mano escrito.
    F. José de Sigüenza, Historia de la Orden de San Jerónimo
    Por la época en que se publicó Lazarillo, Juan de Ortega era General de los Jerónimos, lo cual explicaría que el libro apareciese sin autor.
  •  Tema: 

    • Lázaro entra al servicio del cura de Maqueda. El protagonista es aún niño. En el capítulo anterior abandonó al ciego porque lo mataba de hambre, pero ahora su situación ha empeorado; este amo es aún más avaro y mezquino que el ciego.   

  •  Analisis metrico:

    • fragmento en prosa, narrado en primera persona, de género picaresco. Es una narración combinada con descripción y diálogo.

    • Figuras Literarias:

      a)Hiperbatón 

      b)Paronimias y juegos de palabras.

      c)Aliteraciones

  • Contenido:

    • Se divide en tres partes:

        a) Narración de la situación de ponreza de Lázaro: (líneas 1-7).

        b) Descripción del egoísmo  del clérigo : líneas 8-19).

        c) Narración  de la única esperanza del protagonista para sobrevivir: los entierros   (líneas 20-26)

       

       

       En algunos apartados me he ayudado por la pagina: web:http://es.wikipedia.org/wiki/Lazarillo_de_Tormes

              



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